En 1997 creó la primera página web en castellano sobre asesinos en serie: ASESINOS, que en junio 2001 dio paso al portal de internet Archivodelcrimen.com consultado por criminólogos, criminalistas y analistas del delito de todo el mundo. En Archivo del Crimen, Pili Abeijón, por primera vez, valoraba las creencias religiosas y las supersticiones de los criminales, como un factor criminógeno, analizando casos como el crimen del Rol, Manson, Bathory, Ramirez, Almansa, etc, desde esta perspectiva.Colaboradora de diferentes médios de comunicación como analista del fenómeno criminal (Onda Cero, Radio Voz, Radio Televisión de Galicia, etc) , y especialmente de las psicopatías homicidas, en 2005 publica su primer libro: "Asesinos en serie" (Editorial Arco Press). Y recientemente publicaba su nuevo trabajo "Sicarios, asesinos a sueldo" (Arco Press, 2006) sobre los asesinos "de alquiler".
-Es evidente que la mayoría de los sicarios matan a 3 o más personas y que no tienen una relación directa con sus víctimas... ¿que los diferencia de los asesinos en serie?
-Es cierto que ambos pueden llegar a matar a más de tres personas, pero la diferencia entre uno y otro es sin duda el móvil del asesinato en sí. Ese es el principal condicionante que distingue un asesino en serie de un asesino por encargo. El asesino a sueldo mata únicamente por dinero, no tiene otra motivación que la económica, y de hecho, dependiendo de qué “trabajo” se trate, puede llegar a cobrar cifras millonarias por parte de una selecta clientela. Por otro lado, la mente de un asesino en serie funciona de manera más compleja. Aunque cada psicópata tiene impulsos muy personales y es un caso único desde el punto de vista criminológico, podría decir que muchos se sienten fracasados a nivel personal o/y laboral, y proyectan esas frustraciones en sus víctimas, elegidas por alguna fijación momentánea. Se sienten estimulados con el crimen y la tortura previa porque les excita sentirse los amos de la situación y sentir el pavor que son capaces de causar a la víctima, a quien consideran la causa de sus males.
-En su día Robert Ressler nos dijo que, según su experiencia, muchos terroristas de ETA, IRA, Brigadas Rojas, etc., podrían entrar en el perfíl del asesino en serie, que ha encontrado en el terrorismo una justificación para desarrollar su psicopatía ¿podría ocurrir lo mismo con algunos sicarios? (http://manuelcarballal.blogspot.com/2007/03/robert-ressler-en-bandas-como-eta.html)
-Los psicópatas padecen una serie de anomalías psíquicas que alteran su conducta social y les impide sentir empatía hacia otras personas, por ese motivo actúan como si nadie les importase, y de este modo un asesino psicópata puede quitar la vida de varias personas sin inmutarse ni sentir remordimientos. Un sicario no deja de hacer lo mismo, solo que éste justifica sus crímenes con el dinero. Dicen que es práctica y sangre fría..., yo pienso que algún grado de psicopatía sí hay.
-El fenómeno del asesino a sueldo existe desde hace mucho tiempo, no es algo nuevo. Si echamos un vistazo atrás, y nos remontamos a tiempos de Jesucristo, por ejemplo, oiríamos hablar de los “Celotas”, un grupo de radicales que reivindicaban la independencia del estado judío y luchaban contra la ocupación romana en Palestina. También eran conocidos con el sobrenombre de “sicarios”, de ahí el origen de la palabra, porque escondían entre sus ropas un pequeño puñal llamado “sica”, con el que asesinaban a cualquier oponente sin ningún tipo de miramiento. Aunque si seguimos retrocediendo en el tiempo y por curiosidad escarbamos en los anales de la historia, comprobaremos que existen otras múltiples referencias a mercenarios y asesinos, contratados por los señores de los grandes Imperios de la antigüedad: en la corte de los faraones del Antiguo Egipto, entre el ejército hoplita griego, en las falanges romanas, etc.
-En tu libro dedicas un capítulo a los hashashin... ¿podrían las creencias religiosas justificar el sicariato? Y si es asi, ¿podrían los nuevos grupos criminales islamistas, como Al Qaeda, entrar en la misma clasificación?
-Sí es cierto que el comportamiento de los hashashin era muy similar al de los grupos terroristas religiosos actuales, quienes están dispuestos a sacrificar su vida por sus creencias. Lo que los diferencia de los asesinos a sueldo que conocemos hoy en día, es que éstos únicamente trabajan por dinero, mientras que los fanáticos confían en que el beneficio, de índole espiritual, les sea otorgado en la otra vida, en compensación a una vida de sufrimiento. De todos modos, debo decir que bajo mi punto de vista nada puede justificar el crimen, ni las convicciones religiosas, ni siquiera la psicopatía o la psicosis, que son anomalías psíquicas, y mucho menos el dinero del sicariato.
-Contextualicemos el fenómeno del sicario... ¿Se trata de una figura criminal aislada o, por el contrario, los sicarios forman parte de colectivos de crimen organizado más complejos?
-Por lo que he podido comprobar mientras realizaba la investigación que dio origen al libro, existen ambos tipos de sicariato. Unos prefieren trabajar solos, por su propia cuenta y riesgo, y controlar todo el proceso que va desde la ubicación y estudio del posible cliente, la negociación del encargo y la ejecución del mismo, y otros sin embargo, posiblemente para evitar mayores complicaciones o por asegurarse un sueldo fijo optan por formar parte de una banda organizada para llevar a cabo el llamado “trabajo sucio”.
-En el libro diferencias el perfil criminal y modus operandi de distintos tipos de sicarios; colombianos, mafias chinas, mafias del Este... ¿cuales son las similitudes y diferencias de los asesinos a sueldo?
-Todas las mafias o grupos de crimen organizado están dedicadas a unos negocios similares, pero dependerá del mercado existente en la zona que se hallen establecidas y el control que ejerzan allí. Las principales actividades delictivas de las mafias son: la prostitución, el blanqueo de dinero, el tráfico de armas y de drogas, las falsificaciones, el fraude y la extorsión. La labor de los sicarios dentro de éstas es siempre el mismo: las amenazas, el cobro de deudas a los morosos y ejecutar los castigos.
-El cine, la literatura y la televisión han encontrado en la figura del asesino a sueldo un personaje, en ocasiones casi romántico, para llenar guiones. Desde el entrañable Tulipan Tudeski de "Falsas Apariencias," al neurótico Julian Noble de "The Matador", ¿que diferencia a los sicarios del cine de los de la realidad?
-Tú lo has dicho, no concibo romanticismo ni ternura en un asesino que sea capaz de matar a otra persona fríamente y no tenga remordimientos ni le preocupe si esa persona deja una familia, unos hijos, una vida...
-Algunos personajes reales, sin embargo, como Ilich Ramírez Sánchez, alias Carlos El Chacal, inspiraron infinidad de novelas y películas como "The Jackal", donde le da vida Bruce Willis. ¿La realidad supera a la ficción?
-Eso desde luego. Te aseguro que muchos de los casos que he podido investigar a lo largo de mi carrera como criminóloga han superado la ficción y con creces. En mis libros he obviado muchos detalles por considerarlos demasiado morbosos o macabros, y eso me ha demostrado que a veces la locura del criminal es de lo más despiadada a la par que incomprensible.
-Dedicas una atención especial en tu obra a los sicarios de Medellin y a los muy jóvenes estudiantes del sicariato ¿puede un niño ser un asesino de alquiler? Y si es así ¿podrían los niños soldado africanos, de alguna manera, englobarse también en una forma de sicariato?
-El lamentable fenómeno de los niños sicarios no solo se está dando en Colombia, sino también en otros países sudamericanos y asiáticos. Los niños que crecen en condiciones deplorables, generalmente hijos de una familia demasiado numerosa o desestructurada, a partir de los doce años comienzan su carrera como asesinos, ya que la única salida que perciben ante la miseria que les rodea es que un grupo de narcotraficantes o mafiosos les permita formar parte de su plantilla. Saben que allí se les paga bien, ya que otros lo han hecho antes, y no solo han sacado a su familia de la pobreza sino que se han hecho “importantes” en el barrio. El problema, y ellos son conscientes, es que no se puede ejercer mucho tiempo como sicario siendo niño, más que nada porque acaban siendo asesinados por otros grupos o por el propio, cuando ya no son de utilidad, y solo los más avispados sobreviven.
-Europa comienza a sentirse inquieta por el trasvase delincuencial de algunas bandas latinas, directamente relacionadas con prácticas de sicariato, como los Latin King o los Netas... ¿se incrementará en el futuro el fenómeno de los asesinatos contratados en Europa en relación a las bandas latinas?
-Actualmente, y a pesar de los múltiples incidentes ocurridos en España en relación a bandas latinas como las que mencionas, pienso que no debemos alarmarnos, ya que más que delincuencia organizada es un problema de seguridad ciudadana. Este tipo de pandilleros son jóvenes adolescentes que en su mayoría, crecidos al sentirse parte de un grupo numeroso, cometen actos delictivos para financiar a la banda o ganar popularidad, pero siempre se verán inmersos en delitos a pequeña escala, salvo excepciones en las cuales en el transcurso de una reyerta hay heridos graves, o una víctima en el peor de los casos. A mí personalmente me inquietan más otro tipo de pandilleros, como la Mara 13 o la Mara 18, puramente vinculados al mundo del crimen organizado, que aunque actualmente solo se hallan en países como los EEUU, Honduras, Guatemala, México y El Salvador, no descarto que en algún momento se vengan a España para tratar de ampliar su mercado y escapar de la presión policial a la están siendo sometidos en sus países de origen.
-Y para terminar, algunos casos célebres de la historia criminal española (incluso crímenes no resueltos), como el intento de asesinato del abogado Emilio Rodriguez Menendez fueron crímenes contratados ¿que otros casos han sido, o podrían haber sido, en tu opinión, producto de un sicario?
-En mi libro cito algunos casos en los que se ha demostrado la autoría de un asesino contratado por una persona para acabar con la vida de un tercero, pero desde entonces se han seguido cometiendo secuestros express y asesinatos de este tipo, algunos de los cuales han salido incluso en prensa. Sin ir más lejos, ¿quién no recuerda el cadáver hallado en febrero de este año en la localidad madrileña de Móstoles, de un venezolano al que habían amordazado y torturado hasta la muerte con la famosa “corbata colombiana”, firma muy común entre los castigos de los narcotraficantes..?
Manuel Carballal
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