jueves, diciembre 15, 2011

Fotos paranormales: una explicación técnica y mecánica

Publicado en EOC nº 51 (http://www.forosdelmisterio.net/files/pdf/elojocritico/EOC_51.pdf)

Por Manuel Carballal

Este verano todos los laboratorios fotográficos se verán desbordados por miles de carretes de fotos, tomados por los veraneantes que desean inmortalizar sus vacaciones. La mayoría habrá rescatado su cámara de algún cajón, o incluso habrá comprado una para especialmente para este verano. Cuando esos veraneantes acudan a recoger sus fotos, ya reveladas, descubrirán imágenes que ellos no han tomado y que supondrán de origen paranormal... Miles de personas se han visto alguna vez implicados en algún caso similar. En algunos casos, esa imagen "paranormal"h a obsesionado tanto a su autor como para llegar a costarle la vida. Ahora EOC ofrece por primera vez un estudio técnico y científico sobre este tipo de "fotos sobrenaturales", que se multiplican después de las vacaciones de verano, aunque ya sea demasiado tarde para algunas víctimas del misterio...


El 16 de noviembre de 1996 el diario granadino "El Ideal" publicaba una breve reseña que pasó desapercibida por casi todos sus lectores. Por casi todos menos por los investigadores paranormales Rafael Casares y Antonio Salinas. Al parecer habían encontrado el cadáver de un hombre arrodillado y con la cabeza puesta en el borde de la bañera, en un piso de la calle Aljibe del Trillo, en pleno corazón del Albayzin granadino. Aquel joven era Juan Jesús Jiménez Artigas, de 28 años de edad.

Meses antes de su fallecimiento, que algunas fuentes relacionaron con un posible crimen ritual con objeto de "expulsar los demonios" que acosaban al joven, Juan Jesús había sido visitado por Casares y Salinas, requeridos por la familia del muchacho. Al parecer, durante una visita a la Alhambra Juan Jesús, como miles de turistas, había realizado algunas fotografías del magnífico monumento árabe. Al revelar el carrete descubrió en una de las fotos, una pequeña mancha luminosa, que los investigadores inmediatamente identificaron con el efecto de un reflejo solar en la lente de la cámara. Sin embargo el joven, obsesionado por lo paranormal, acudió a varios videntes que reforzaron su delirante interpretación de aquella mancha, asegurándole que se trataba del "espíritu de un niño muerto en la Alambra durante la Edad Media", que se había "pegado" al cuerpo de Juan Jesús, y que al que habría que exorcizar por un "módico precio". El desafortunado muchacho no sabía que muchos videntes sin escrúpulos utilizan argucias como estas para atemorizar a sus clientes, cobrándoles después cantidades astronómicas por el "trabajito de magia" que debería expulsar al "espíritu" que perseguía al joven, y que supuestamente había captado con su cámara fotográfica. El presunto ritual mágico que pudo haber acabado con la vida de Juan Jesús (cuya muerte sigue manteniendo muchas preguntas sin respuesta), sería el mejor ejemplo del extremo más radical a que pueden llevarnos las hipotéticas "fotos paranormales". Por esa razón, y por los miles de lectores que tantas veces han encontrado en sus fotografías "extrañas presencias" que no eran visibles a la hora de ser tomada la foto, era urgente afrontar este tema. Sobretodo porque en los meses de verano, casi todos nosotros desempolvamos nuestras cámaras fotográficas, junto con el bañador y la sombrilla, y utilizamos más carretes que durante todo el resto del año. Y después de las vacaciones, al acudir al laboratorio para recoger las copias ya reveladas... ¡sorpresa!

La ciencia de la fotografía

Se cuentan por cientos, quizás miles, las fotografías tomadas por aficionados de todo el mundo, que constantemente llegan a las redacciones de publicaciones especializadas, o a los despachos de los investigadores de lo paranormal. Esas fotos, casi siempre acompañadas por una amable carta, han sido tomadas casualmente por algún aficionado a lo paranormal o un amigo o pariente del mismo. En el instante en que se tomó esa foto, no se apreció nada extraño, sin embargo al revelar el carrete en uno de los fotogramas, o en varios, aparecieron extrañas imágenes interpretadas por el autor como "ovnis invisibles", fantasmas, auras, apariciones, etc.

Justo Guisasola es uno de los técnicos en óptica y mecánica fotográfica más prestigiosos del país. Con más de 20 años de experiencia profesional a sus espaldas, ha examinado miles de fotografías en las que supuestamente se recogían "fenómenos extraños". Sin embargo, todas esa imágenes se debía a sorprendentes fallos mecánicos, o efectos ópticos, que sólo un perito como él puede identificar. Al igual que Guisasola otros profesionales de la fotografía han examinado miles de carretes en los que aparecían caprichosos efectos luminosos, y sorprendentes imágenes que, dependiendo del lugar y persona que haya hecho la fotografía, serán más o menos interpretadas como "fotos paranormales". Desde el malagueño José Miguel Espejo al coruñes Manu Cordonié, pasando por el catalán Manuel Fernández, EOC se ha entrevistado en los últimos 3 meses con diferentes profesionales de la fotografía, para recopilar puntos de vista diferentes sobre el origen de las llamadas "fotos paranormales casuales".

Hasta hace algunos años el proceso de revelado de un carrete fotográfico podía sufrir algunas alteraciones que provocasen, en la copia de papel o diapositiva, que finalmente llega al autor de las fotos, extraños efectos. Una quemadura en la emulsión fotográfica, una mota de polvo sobre la ampliadora, o una mala proporción en los químicos de revelado, podía terminar creando formas extrañas y caprichosas en la fotografía. Si dicha foto fue tomada por alguien sin ningún interés en lo paranormal, no pasaría del cubo de la basura, considerada como una copia defectuosa. Pero si el autor es alguien interesado en los ovnis, la parapsicología o el esoterismo, y sobretodo, si esa foto fue realizada durante una visita turística a algún lugar con tradición ocultista, no sería extraño que tal imagen fuese considerada como una foto del "mas allá".

Sin embargo, ahora todos los procesos de revelado están totalmente tecnificados, incluso los carretes en blanco y negro o las diapositvas. Sofisticadas máquinas automáticas recogen el carrete y entregan los negativo ya revelados, y algunas incluso las copias en papel positivadas. Estas máquinas poseen calibradores de hasta una décima en los baños del revelador, que dispara una alarma en caso de subir o bajar la temperatura por encima de ese calibrado decimal. Es tal la precisión, que en las máquinas de positivado automático (como las populares de "revelado en 1 hora") dos pincelillos limpian el negativo, antes de que pase a la zona de la ampliadora para efectuar las copias en papel, mientras una pistolilla expulsa aire ionizado sobre el negativo para eliminar, en caso de que quedase alguna, posibles motas de polvo atrapado por la electricidad estática en la emulsión del carrete. En otras palabras, actualmente es casi imposible que fallos de revelado produzcan falsas fotos paranormales, así que dirigimos nuestra investigación en otro sentido: hacia la mecánica de las cámaras, y la técnica del fotógrafo al tomar la imagen...

"Esferas de energía" con huellas digitales

Básicamente existen dos tipos de cámaras fotográficas de uso frecuente entre los aficionados: la cámaras compactas y las reflex (no nos ocuparemos de las camaras de 6X6, y otros tipos más sofisticados por estar casi limitadas al ámbito profesional).

Las cámaras compactas son las más utilizadas, por su sencillez. Todos hemos poseído alguna de estas cámaras, en las que tan solo debemos pulsar el botón, y todo lo más, conectar el flash si hacemos la foto con poca luz. Estas cámaras poseen una diferencia fundamental de las reflex, y es que el visor a través del cual el fotógrafo mira antes de pulsar el botón, no coincide con el objetivo de la cámara, que se encuentra un par de centímetros por debajo de dicho visor. Esto hace que exista una pequeña diferencia entre lo que el fotógrafo ve antes de disparar, y la imagen que la cámara captará. Ese desfase, de pocos centímetros, se denomina "paralaje". Pues bien, es extremadamente frecuente que cuando un usuario con poca práctica con la cámara, gire esta para tomar una imagen vertical, la correa de la cámara, en muchos casos un fino cordón, caiga por delante del objetivo, sin que el fotógrafo pueda verlo a través del visor a causa del paralaje. Al revelar esa foto aparecerá la escena fotografiada, cruzada por una especie de "rayo de energía", muy desenfocado a causa de estar pegado al objetivo. En más de una ocasión quien esto escribe ha oído definir esos "rayos de energía invisibles" (ya que el fotógrafo no vio el cordón de la cámara al disparar a causa del paralaje), como "ectoplasmas"... Un investigador coruñes, muy popular entre los estudiosos nacionales, tomó muchas de estas fotos de "ectoplasmas invisibles" durante sus primeros viajes de investigación, con una cámara compacta prestada...

Otro efecto del paralaje, que con frecuencia se ha considerado "foto paranormal", se produce cuando el fotógrafo utiliza una cámara muy pequeña, y sus dedos rozan la zona del objetivo. A causa del paralaje el usuario no puede ver por el visor, que su dedo, normalmente el índice o el anular, ha entrado en el campo de visión del objetivo, y al disparar provoca inconscientemente que la yema del dedo, muy desenfocada al estar tan cerca de la lente, cree el efecto de una especie de "esfera energética" en el margen de la fotografía. Este tipo de pseudo-fotos paranormales -según han indicado a EOC los fotógrafos consultados- se dan con más frecuencia cuando el fotógrafo es una mujer, debido a que las uñas largas, y pintadas de color, entran con más facilidad en el campo del objetivo, provocando la imagen de una esfera roja, anaranjada o rosada, dependiendo del color de la pintura de uñas. Como anécdota podemos mencionar el caso de un conocido investigador catalán, que "captó" la típica foto de una "esfera de energía invisible", la cual presentaba en su superficie "extraños surcos y líneas"... sospechosamente similares a las huellas digitales...

Naturalmente las cámaras reflex, menos utilizadas por los usuarios sin conocimientos fotográficos por ser más complejas que las compactas, no poseen el problema del paralaje. El visor de la cámara está conectado directamente al objetivo, es decir, si involuntariamente entrase en el campo de visión la correa, un dedo o cualquier otro objeto, el fotógrafo lo vería antes de disparar. Sin embargo estas cámaras presentan otras particularidades que con mucha frecuencia generan imágenes extrañas. Solo que ahora tenemos que entrar en el interior de la cámara para desentrañar sus secretos.

Mecánica y óptica: el gran secreto de la foto "paranormal"

Cuando el usuario de una cámara fotográfica decide tomar una foto, puede regular la velocidad de opturación y la apertura del diafragma. Lógicamente si quiere fotografiar una escena en movimiento usará una velocidad rápida, lo que hará que las cortinillas del objetivo se abran y cierren muy deprisa para congelar la imagen. Para hacer estas fotos necesitará un flash potente o que haya mucha luz solar, ya que lógicamente la velocidad rápida hace que entre poca luz para impresionar la emulsión del negativo. Por el contrario, si quiere usar una velocidad lenta, por ejemplo en un interior, o en paisajes con poca luz, como una puesta de sol o las estrellas, abrirá el diagragma al máximo para que entre mucha luz, y utilizará una velocidad muy lenta. Incluso, usando la llamada "Posición B" que tienen casi todas las cámaras modernas, podrá dejar el opturador abierto durante todo el tiempo que desee, por ejemplo si quiere fotografiar el movimiento de las estrellas en el cielo. En esta posición las estrellas, al moverse en el firmamento, dejan un surco luminoso en la foto, seguro que el lector ha visto muchas imágenes así. Estas breves nociones sobre el funcionamiento de una cámara son imprescindibles para comprender el siguiente concepto; una de las mayores fuentes de "fotos paranormales".

Los profesionales de la fotografía, y sobretodo los técnicos como Justo Guisasola, han escuchado las quejas de muchos usuarios novatos que protestaban porque su cámara "funciona mal y hace fotos defectuosas". Con frecuencia esos fallos son debidos al mal uso de la cámara. Por ejemplo, es muy frecuente que un usuario coloque la cámara en "Posición B" (lo que deja el opturador abierto) para tomar una foto de noche con flash. Al pulsar el botón, la cámara dispara el flash, con lo cual en el fotograma del negativo se impresiona una imagen correcta. Imaginemos, por ejemplo, que ha fotografiado una estatua de la Virgen en un enclave de apariciones marianas en Italia. Sin embargo el opturador no se ha cerrado, y al retirar la cámara, el movimiento de la misma hace que la luz de las velas que rodean la figura de la Virgen continúe entrando por el objetivo, dibujando sobre el negativo el movimiento que ha hecho la mano al bajar la cámara de la cara y llevarla al lado del cuerpo o colocarla sobre una mesa... Existen en nuestros archivos cientos de supuestas fotos paranormales similares.

No olvidemos que la emulsión del carrete se impresiona por la luz, y un foco de luz (mechero, linterna, vela, foco de coche, estrella, antorcha, reflejo en un espejo, etc) dibujará un trazo luminoso en el negativo, si la velocidad de opturación es suficientemente lenta. Esos trazos luminosos no son vistos por el fotógrafo, que quizás ni siquiera ha reparado en la existencia de una farola lejana, una vela o un pequeña bombilla en el campo de visión de la foto que ha tomado. Solo al revelar el carrete descubrirá con asombro la caprichosa imagen.

Sin llegar a esa espectacularidad, un simple fallo de sincronismo entre flash y opturador, puede hacer que en una foto tomada a un amigo, junto a la imagen clara y nítida del modelo, aparezca una segunda imagen más borrosa y movida, como un "aura" o "fantasma".

Justo Guisasola nos detalla otro fallo que ha localizado con frecuencia entre los miles de cámaras que han pasado por su taller-laboratorio. "Supongamos -explica Guisasola a EOC- que las ruedas dentadas que arrastran el carrete dentro de la cámara, a medida que vas tomando fotos, tienen un diente roto. Eso puede provocar que, cada equis fotos, el carrete se trabe y un fotograma no avance en el rebobinado después de ser tomada la foto. Eso provoca una doble, triple o múltiple exposición. Tu no ves nada raro al tomar las fotos, pero al revelar el carrete aparecerán montadas y superpuestas varias imágenes...".

En mis archivos conservo muchas fotos facilitadas por contactados o "psíquicos" en las que se aprecia claramente este efecto. En dos imágenes que me fueron remitidas por un contactado OVNI vasco se aprecia claramente la triple exposición en unas fotos tomadas al sol en un bosque, montadas sobre la foto de una cama... Ahorraré al lector la insólita interpretación esotérica que el autor de la foto hacía de ese "milagro", sin duda provocado por los extraterrestres. Para él, el mensaje que le querían trasmitir estaba relacionado con el prodigio del "doble sol" y con la energía sexual del tantra... (lo del tantra lo decía por la "cama fantasmal"). Curiosamente en ese mismo carrete se le repitió el prodigio... solo que esta vez aparecían superpuestas en la exposición múltiple, el sol, la cama, un crucifijo... y una colosal paella... no soy capaz de imaginar que querían trasmitirle los extraterrestres con esta esotérico-tántrica-crístico- gastronómica fotografía...

Para Manuel Fernández, conocido analista fotográfico afincado en EEUU, con quien EOC se ha entrevistado en varias ocasiones, la doble-exposición es una de las mayores responsables de "fotos paranormales" recientes, ya que muchas cámaras modernas disponen de una opción para este efecto. A veces el usuario no recuerda haber activado esta posición en la cámara y sin quererlo produce dobles o multi-exposiciones. "En las cámaras compactas más modernas -añade Guisasola- si por algún fallo de lectura no llega al microprocesador la información de que la foto ha sido tomada, se puede repetir esa fotografía dos o más veces en el mismo fotograma, creando multi-exposiciones..."

Es técnicamente posible incluso, que un amigo o familiar tome una foto activando el sistema de doble-exposición (o en las cámaras antiguas rebobinando manualmente un fotograma) y entregue la cámara al propietario sin advertirle de la broma. Cuando el inocente usuario continúe haciendo fotos y revele el carrete, se encontrará la sorpresa. En algunos casos investigados por quien esto escribe, como el fraude del aterrizaje de un "ovni ummita" en La Coruña, en 1974, el propietario de la cámara no sabía que el falso contactado -compañero de vestuario en el gimnasio y autor del fraude- había tomado fotos fraudulentas sin su permiso con su máquina, y al terminar su carrete y revelarlo se encontró con insólitas imágenes que él no había tomado..

Más aún, según los técnicos fotográficos consultados por EOC, algunas de las imágenes más famosas de la historia de la parapsicología, como las archi-conocidas "hadas" fotografiadas en la Inglaterra de 1917, por Elsie Wright y su prima Francés Griffiths, podían ser fruto de esa técnica de doble o triple exposición. EOC partiendo de esa hipótesis de trabajo ha conseguido reproducir el "efecto de las hadas" con tan sencilla técnica... juzque el lector.

Extrañas criaturas "invisibles"

Justo Guisasola, con quien EOC ha mantenido numerosas reuniones de trabajo, facilitándole abundantes fotos de supuestos fenómenos "extraños", nos descubre otro secreto de las máquinas fotográficas: los parásitos. Las cámaras que se utilizan en el campo, o que están guardadas en casas con mucha humedad, pueden desarrollar hongos y ácaros en su interior. Estos pequeños bichitos, que lógicamente son atraídos por la luz, pueden llegar a colocarse encima de la lente (dentro de la cámara) o incluso sobre el mismo negativo, cuando se abre el opturador y entra la luz. Esto provoca imágenes de formas semicirculares u ovales con patas y antenas, sobre el negativo. No olvidemos que aunque estos bichitos son diminutos, un negativo fotográfico también lo es. Pero al positivar la película y ampliar la foto, también se amplia el tamaño del ácaro, que ha impresionado su sombra en la emulsión. Conclusión, en la copia en papel nos encontraremos la imagen de un extraño "insecto gigante" que era "invisible" cuando se tomó la foto.

Si la fotografía recoge un paisaje, y la sombra del ácaro coincide en una zona de cielo, no es de extrañar que esa insólita imagen sea tildada de "OVNI invisible antenado". Por ejemplo, en mi archivo poseo fotos tomadas por ufólogos que investigaban casos de teleportación o avistamientos durante la famosa "oleada gallega" con estos parásitos. En una foto tomada por un conocido ufólogo vigués en el Viaducto de San Martiño, sobre el río Sil, donde se había producido uno de los casos más llamativos, se aprecia claramente el ácaro-OVNI. En mis archivos poseo otras muchas imágenes idénticas que me fueron facilitadas por aficionados que consideraban aquellas fotos como algo "inexplicable". Últimamente la moda ufológica y criptozoológica exportada de EEUU, y que populariza la creencia de que muchos ovnis son criaturas desconocidas: rods, critters, etc, ha revalorizado mucho a los ácaros.

Otro fallo mecánico que puede producir imágenes insólitas, tanto en cámaras compactas como reflex, se encuentra en las almohadillas que precintan el cierre de la cámara. Si el lector abre ahora su máquina fotográfica, como si fuese a introducir un carrete, verá que tanto en la zona de las bisagras que unen la tapa al cuerpo de la cámara, como en el cierre de dicha tapa, existen unas almohadillas cuya función es precintar las juntas para que no entre luz que pueda impresionar el carrete. Esas almohadillas van gastándose con el uso, y al cabo de unos años pueden terminar filtrando algún rayo de luz, que impresione la película, provocando imágenes fantasmales , sobre todo en los márgenes de la foto. Imaginemos que es la almohadilla que precinta la bisagra de la tapa la que está gastada y deja pasar un rayo de luz. Mientras el fotógrafo agarra la cámara con la mano, dicha mano tapa ese mircro agujero, protegiendo el precintado del carrete. Después de tomar 1, 2, 3 o más fotos, deja la cámara sobre la mesa o colgada de la correa, y al soltarla, un rayo de luz se filtra por esa ranura, impresionando la película. Pero esa luz no afectará al fotograma que esta preparado para la próxima foto, sino a los fotogramas, ya impresionados, que se encuentran enrollados en la bobina del carrete. Ese rayo de luz, dependiendo de su intensidad, puede afectar a varios fotogramas, pero no necesariamente a todas las fotos sino que, al irse enrollando el negativo sobre el "bobin" de la cámara, convirtiéndolo un royo a medida que se disparan fotos, la luz puede impresionar la foto 3, 6, 9, 13, 20, etc, y no haber impresionado los demás fotogramas. Al revelar el carrete el aficionado se encontrará con que varias de sus fotos aparecen rodeadas de una "etérica energía fantasmal". Si esas fotos fueron tomadas por un aficionado a lo paranormal, durante la visita a un poltergeist, a un enclave OVNI, o a un templo mariano, en muy posible que sean interpretadas como imágenes paranormales. En una de mis visitas a las apariciones de Umbe (Bilbao), y mientras alguien entrevistaba a la hija de Felisa Sistiaga, vidente de Umbe, tomé varias fotografías. Al revelarlas descubrí las "fantasmal" presencia en los ángulos superiores de algunas fotos... Para mis compañeros de viaje, mi cámara había captado la presencia sobrenatural de "La Señora". Curiosamente, cuando cambié las almohadillas de la cámara, la Santísima Virgen dejó de manifestarse en mis posteriores visitas el mismo enclave mariano...

Los caprichos de la luz

Existe otro tipo de "imágenes paranormales", sobretodo dentro del campo de la ufología, que han sido reproducidas hasta la saciedad en libros y revistas especializados, bajo el epígrafe de "OVNIs invisibles". No se trata de ácaros, ni de fallos de sincronismo de flash. Tampoco son problemas de las almohadillas, ni doble-exposiciones, ni siquiera dedos ante el objetivo... Sin embargo son mucho más frecuentes de lo que imaginamos. Estas imágenes han sido tomadas por OVNIs, debido a su particular forma, ya que se caracterizan por parecer discos, círculos, óvalos o caprichosas formaciones compuestas. En realidad estas imágenes no existen ni fuera del objetivo, ni dentro de la cámara, sino a medio camino: en el juego de lentes del foco. Las formas cóncavas y convexas de los juegos de lentes hace que, en algunas ocasiones, los rayos de luz incidan oblicuamente sobre dichas lentes, produciendo caprichosas imágenes que impresionan la emulsión fotográfica, dejando una forma discoidal o circular en la fotografía.

Cuando tomemos una foto en la que existan focos de luz importantes, como farolas, el sol o los faros de un coche, es muy posible que se produzca ese efecto en las lentes. Algunas de esas fotos, como una imagen de un paisaje en Muriellos (Oviedo), sede de la Hermandad Rama (no confundir con Misión Rama), obtuvieron un reflejo que parecía el típico platillo volante. En este caso, como en muchos otros, el reflejo es ampliado por los contactados, extraído del contexto de la foto, y presentado como la prueba evidente de que una nave invisible de los "guías del espacio" protegen a la comunidad de "elegidos".

Al investigador argentino Carlos Fernández debemos dos extraordinarias fotografías, cuyo valor documental es incalculable, en las que sendas filas de farolas callejeras producen en el cielo (en realidad, en las lentes de la cámara), unos reflejos caprichosos cuyas formas muchos lectores recordarán haber visto en innumerables libros de OVNIs, sobretodo editados por grupos de contactados. Esta evidencia es irrefutable. A menos, claro está, que prefiramos pensar que Carlos Fernández tiene "enchufe" con los extraterrestres, y no puede tomar una foto a la calle, sin capturar a flotillas enteras de OVNIs que vigilan todos sus pasos.... Estos arbitrarios reflejos de la luz pueden producirse también en los cristales de ventanas, puertas, etc. En muchas fotos tomadas desde el interior de un avión, desde la ventana de una casa, o desde un coche en marcha, se han incluido reflejos de las lámparas, el rebote del flash en el cristal, o simplemente un rayo luz que provenía de un objeto fuera de plano, que incide diagonalmente en el cristal, siendo captado por la cámara... Como apuntaba anteriormente, estos "accidentes fotográficos" se producen en miles de fotografías todos los días. Los laboratorios de revelado tienen miles de anécdotas sobre ellas, y los técnicos en óptica y mecánica, como Justo Guisasola, han "exorcizado" a miles de "presencias sobrenaturales" captadas por muchas cámaras, sustituyendo el agua bendita por un soldador y un desatornillador... Cuando estos caprichos fotográficos se producen en las cámaras de un aficionado sin interés por lo paranormal, la foto acaba en la basura, o no pasa de ser una anécdota curiosa, pero si el autor de esa imagen es alguien más receptivo al esoterismo, la interpretación y trascendencia de esa imagen será directamente proporcional al grado de creencia o sugestión de su autor.

¿Quiero decir con todo lo expuesto, que todas las fotos extrañas tienen una explicación técnica? En absoluto. Pero si pienso que antes de considerar una foto como algo sobrenatural, y desde luego, antes de conferir a esa imagen algún tipo de relevancia en nuestras vidas, debemos eliminar todas las explicaciones posibles. En el caso de Juan Jesús Jiménez Artiguas, una de esas caprichosas "anécdotas fotográficas", que se coló en su cámara durante una visita a la Alhambra, desató una psicosis creciente, alentada por un grupo de desaprensivos. Si en lugar de a un vidente, Juan Jesús hubiese acudido a un técnico, como Guisasola, Fernández u otros, tal vez ahora podría estar leyendo este artículo, y riéndose de lo que no habría pasado de ser una foto curiosa y divertida.

Manuel Carballal
Nota: Aunque este articulo se refiere a circunstancias técnicas y mecánicas de las cámaras no digitales, algunas de ellas, como la existencia de ácaros en las lentes, doble o tripleexposición, reflejos, etc, también pueden aplicarse a fotografías tomadas con cámaras digitales.